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La Abadía de Glastonbury, lugar lleno de historía, magia y rincones henchidos de luz que te hacen sentir una sensación de plenitud completa…
- 9 mayo, 2016
- Publicado por: adminavalon
- Categoría: Viviendo la magia
… Descalza… descalza… es todo lo que llegué a escuchar durante esos días….
Pero comencemos por el principio… Cómo cada fin de semana que se va, se vuelve intenso cuando llega… Intenso en sentires, en oír con el corazón, en escuchar en el viento, en el susurro de las hojas en los árboles…
Este fin de semana hemos estado en la Abadía de Glastonbury, viviendo los dulces momentos que nos separan de la espera a esas almitas hermanas con las que nos reencontraremos en estos bellos y mágicos lugares, en el vivir viviendo, en el gozar del tiempo-espacio que nos toca vivir, en el ver los «sonidos», oír «los colores», transportarnos fuera del momento para poder vivirlo intensamente, sin prisas, ni correr, parando la mente y dejando que el fluir del espacio que estábamos viviendo se hiciera consciente, cada segundo, cada latido, cada fase…
La Abadía está llena de rincones maravillosos para visitar, para vivir, para disfrutar…
Al llegar como siempre nos recibieron unas personas amables y cariñosas que disfrutan de su trabajo y de compartir tan hermoso y singular lugar con cada persona que quiere perderse entre sus grandes extensiones verdes, sus árboles milenarios o el mágico manzanar lleno de paz, aromas dulces y trinos de pájaros que hacen de aquél lugar su hogar, encontrando la tranquilidad deseada para vivir, amar y compartir con los humanos sus hermosos cantos y sus más bellos plumajes…
Cómo contaba al principio, seguía sintiendo esa vocecilla que escuchaba en mi interior que tenía que ser… descalza…y así lo hice…
Me quite los zapatos y deje que el prodigioso verde que se veía a simple vista, salpicado con diminutas margaritas ejerciera su beneficioso efecto en mi físico, eso unido a el sol que brillaba, la amorosa compañía que tenía y que me cogía de la mano mientras que con la otra acariciábamos a los árboles que aparecían en el camino que habíamos escogido para llegar hasta un estanque en el que habitan haditas en forma de cisnes, y ánades, peces de colores que surcan el agua que está vestida de hermosos lotos con brillantes colores que te hablan de la ternura que invade el alma cuando te paras de verdad a «mirar»…
Todo a nuestro alrededor hablaba de «parar», la mente, el espacio, el tiempo… Es tan sumamente fácil… No correr delante, vivir intensamente el momento, la elegancia con la que se mueve todo si te paras de verdad… el tiempo se dilata, se demora y se detiene…
Disfruta de tu vida, de cada instante, de cada lugar y momento en el que te encuentres y abraza la divina alegría de poder compartir, de poder amar, de poder gozar…
Que las bendiciones os colmen, que la dicha os llene y que vuestro caminar esté lleno de luz de la «Lámpara que nunca se apaga»… Dia dhuit a anamchara… Is grá liom thú…
Con Amor Infinito Siempre, A y A